En la vida personal y profesional pueden surgir situaciones inesperadas en las que alguien sufra un daño por nuestras acciones. Un seguro de responsabilidad civil cubre esos imprevistos, evitando que una reclamación acabe convirtiéndose en un problema económico grave.
Existen distintas modalidades: personal, familiar, profesional o empresarial. En cada caso, el objetivo es el mismo: protegerte frente a daños a terceros, ya sean materiales o personales, y asumir los costes legales y de indemnización que puedan derivarse.
Este tipo de seguro ofrece algo más que cobertura: ofrece seguridad jurídica y confianza. Saber que estás protegido ante cualquier eventualidad te permite actuar con serenidad, tanto en tu trabajo como en tu día a día.